jueves, abril 05, 2007

Automatica imperfeccion

Siempre recordaré aquella noche. Aquella playa. Aquel concierto. No lo podré olvidar porque lo llevo dentro, anclado en las entrañas.


Ahora que suenan los compases de esa pequeña imperfección automática vuelvo a sentir la arena helada revolviéndose entre mis pies descalzos.

Aquella noche de julio, de cielo oscuro, la playa estaba abarrotada de gente embriagada por la melodía de las canciones y la voz de la cantante emocionada, dulce y desgarrada.

Pero yo estaba sola. Si ponía atención, el murmullo de las olas se mezclaba con las corcheas. Y el viento soplaba desde allí, para que te olvidara. Para que no recordara más que la noche anterior estuviste en ese mismo lugar conmigo, abrazándome. Todavía te siento. Y eso me da rabia.

Los susurros del viento eran cada vez más fuertes, para que no te imaginara a mi lado otra vez. La verdad es que me hubiese gustado compartir esos momentos contigo. Que disfrutaras de las noches frías de verano, con las canciones, con la dulzura y la embriaguez que nos tenía a todos atrapados allí. Clavados en la arena disfrutando del cielo oscuro, de las estrellas, del mar, de la música. Y de ti.

Me da rabia que haya pasado más de año y medio y que hoy, escuchando de nuevo este disco te recuerde, allí, como si hubieses estado. No lo entiendo. ¡Pero hay tantas cosas que no entiendo!

Nunca podré olvidar ese concierto porque fue especial. Porque pocas serán las veces en mi vida que podré disfrutar de esa pequeña automática imperfección que somos, todos. Tan desde dentro. Tan desde fuera. Vuelvo a sentir mis pies desnudos acariciando la arena… buscando los tuyos.

Etiquetas:

1 Comments:

Blogger a n i s h i said...

Triste te siento, sembradita ... me encanta Marlango. Llevo todo el día aquí, me haces tanta compañía y me siento tan identificada contigo.
Ana

5 sept 2008, 21:04:00  

Publicar un comentario

<< Home