domingo, octubre 28, 2007

Nube de humo blanco

De las tres últimas veces que he llorado (en sólo una semana), dos han sido en un concierto:

La primera escuchando esta canción



Lloraba como si fuera una niña a la que le han quitado su muñeca nueva. Eché demasiado de menos un abrazo en ese momento.

La otra, hoy. Escuchando al Orfeón Donostiarra cantar en su 110 aniversario Carmina Burana.


A veces pienso que soy demasiado sensible.
Que de tan sensible soy frágil.
Que de tan frágil me vuelvo cobarde.
A veces.

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