martes, diciembre 26, 2006

Carta a un amigo...

Ante todo no te agobies por la existencia, no te tortures...
Es lo único que he aprendido yo después de muchos años de agobios, de auto-torturas y de depresiones...

Todos tenemos días en los que quisiéramos meternos en el pacífico, lejos de las piedras y, simplemente, dejarnos arrastrar... A ver si, con un poco de suerte, el mar nos lleva de verdad... Pero eso sería un error...

Recuerda tus momentos de felicidad. Esos en los que te sientes pleno. Esos en los que lloras de felicidad, de alegría. Porque nada puede ir mejor. Porque aunque te falten cosas en tu vida, sientes que has alcanzado una plenitud que sabes que no va a durar mucho tiempo y que, por eso, la disfrutas... Sabes de lo que te hablo, estoy segura de ello...

Yo también he tenido una época un poco rara últimamente. Días en los que no sabía qué me pasaba y, simplemente, me dejaba llevar por la rutina. Por el día a día. Sintiendo un gran vacío dentro de mí y sin saber qué es lo que me pasaba, y sobre todo, jodida porque, aparentemente, no tenia ninguna razón por la que sentirme así,,, La peor de las sensaciones...

Pero esa sensación, como la felicidad plena, también desaparece y, por eso, hay que sacar fuerzas desde donde sea, de donde sea, de quien sea, como sea,,, Para dejar pasar las olas, hacerles frente y, tras disfrutar de las corrientes salvajes del pacifico, poder llegar sano y salvo a la orilla, a tierra firme...

Aunque quede la sensación de mareo que deja el mar...

Está bien que pienses, que recapacites, que recuerdes, que planees, que analices... Pero no te obsesiones por nada, Simplemente, porque nada va a ser como tú (ni nadie) te has imaginado que será...

Eso es lo bonito de la vida, que siempre te sorprende...

Nada las veces que te haga falta en el profundo y violento pacifico. Disfruta ese momento. Pero, por favor, sal siempre a tierra firme...

Si no, no lo soportaría...

Miles de besos pequeño buceador...
Sabes que te quiero...

Suenan Os mutantes...



Kuna

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domingo, diciembre 24, 2006

Me gusta, no me gusta


(Te echo de menos-Kiko Veneno)

Los mismo te echo de menos, lo mismo te echo de más....

Eso es exactamente lo que siento, y no me gusta... las cosas claritas, de siempre...
Odio las contradicciones...

Quisiera darte un abrazo... sentir tu calorcito... porque ahora te echo de menos...
pero a la vez te echo de más...

No tengo nada que contarte hoy, no te he contado nada... te echo de más...
pero a la vez te echo de menos...

Lo mismo te echo de menos, lo mismo te echo de más....

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¿Sentiran?

Sentirá la gente de mi alrededor lo mismo que yo siento?
Sentirán lo mismo que yo siento por ellos?
El mismo amor, la misma felicidad, la misma rabia, la misma incompresión, la misma indecisión, el mismo compromiso, la misma desgana, las mismas ganas, las mismas cosquillas, la misma indiferecia, la misma impotencia, la misma incondicionalidad....

Sentirán?
Y cómo se demuestra eso?
Con actos? Con palabras? Con gestos? Con ausencias? Cómo?

Cuantos más regalos y más caros regalos reciba estos días más me querrán?
O no me regalarán nada por miedo a demostrarme que me quieren?
En qué se basa el amor?
En que se basan los sentimientos hacia las otras personas? Cuantas veces se puede perdonar?
Y por qué a algunas personas se les perdona todo una y otra vez a otras no se les perdona nada?
Por qué somos tan duros con algunos? Tan venébolos con otros?

Alguien me puede decir como se miden los sentimientos? Qué los rige? Por qué no los entiendo? Por qué no entiendo mis reacciones? Mis contradicciones?

Existe el equilibrio?

Escuchando música aleatoriamente... intentado ser, aunque sea, real y auténtica conmigo misma...
porque, a veces, a la gente de mi alrededor, que siente, (aunque dudo que como yo), le puede doler...

Le puede hacer sentir....

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miércoles, diciembre 13, 2006

Dos dias mas tarde...

11-12-06. Sentada sobre la manta que con mimo había tejido su abuela, se acababa de encender un cigarro que, tras la primera calada, posó sobre el cenicero de flores que se trajo de algún país lejano, mientras sonaba a todo volumen su último descubrimiento, Napoka iria.

Volvía a notar esa extraña pero conocida sensación en su estómago. La que aparece antes de una pelea, antes de un adiós y se queda activa hasta que otro sentimiento más fuerte es capaz de esconderla cuando los malabaristas de la vida crean oportuno que vuelva a girar.
Esa extraña pero conocida sensación que más de una vez le había augurado lo que sucedería. Contendría sus ganas de dar un abrazo y simplemente dejaría ver cómo se cierra la puerta.

Pero esta vez, sabía, que en caso de tener la oportunidad y de apetecerle en ese momento, se dejaría llevar por sus sentimientos. Dejaría todos los juegos de lado, todas las dinámicas, todas las suposiciones y todos los "saberes estar" y haría exactamente lo que le dictara su maltrecho corazón.
La verdad es que no estaba segura al 100%. A veces sentía que sí, otras que no. Necesitaba comunicarse, necesitaba saber qué llevaba dentro. Escuchar como las palabras salían de su boca y sorprenderse a ella misma, por primera vez en su vida, dejándose llevar por sus sentimientos. Contar lo que realmente le carcomía por dentro, sin miedo a nada. Total, lo peor sería ver cómo se cierra la puerta, y eso ya lo tenía sin empezar.

Ella duda de que su sensación sea una señal más. A veces no entiende los caminos del destino. A veces azules, otras, cuanto menos, nublados. ¿Habría perdido la capacidad de interpretar sus sensaciones? Sabía que la única manera de averiguarlo era dejar que los acontecimientos fluyesen. No había de otra.

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viernes, diciembre 08, 2006

Desorden

Iparra galdu: Hegora joan
Burua galdu, bihotza eman.

Berri Txarrak. Jaio.Musika.Hil

No me gusta el desorden en mi vida, pero reconozco que es intrínseco a cuando algo rompe mi rutina.
Siempre he intentado mantener mi cabecita ordenada. Incluso en épocas de mucho ajetreo me ha gustado saber qué es lo que tengo y lo que no. Qué es lo que hay y lo que no. Saber cuáles son las reglas del juego.

A. llegó hace poco a mi vida. Yo pensaba que tal como entró se largaría. De momento no ha sido así. Y aunque poco a poco voy recuperando mi orden, él lo ha destrozado. Derrepente he visto como mis principios se esfumaban por unos segundos. Y cuando coloqué los pies en la tierra me dí cuenta qué es lo que no quiero en mi vida. Y qué es lo que sí.

Todo ha sido muy intenso y cuando las cosas son intensas no hay tiempo para pensar. Este puente me esta dando margen para pensar. Me he alejado, estoy tomando perspectiva. ¿Realmente las cosas eran como yo me las planteaba?

La perspectiva suele decirme que no. Esta vez me ha dicho que no. A. es una persona atenta, respetuosa, me hace reir y me gusta su compañía, pero como otras personas, es prescindible. Por lo menos, en los momentos que no compartimos.

Por momentos aprendo a ser libre, por momentos entiendo la libertad. A veces, necesito que me encadenen abrazo tras abrazo. Intento encontrar el orden, el equilibrio.

No me gusta perder la cabeza. Perder el norte, ir al sur.


Suena:Iparra galdu:Hegora joan (Berri Txarrak)

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